miércoles, 25 de noviembre de 2009

VALORAR POSITIVAMENTE NUESTRO PRESENTE

Todos sin excepción queremos lo mejor de la vida: ser felices, estar sanos, tener una buena relación de pareja, un trabajo excelente, pero a veces nos aventuramos en una batalla encarnizada por conseguir alguno de estos objetivos y casi siempre acabamos insatisfechos. Suele ocurrir que en la mayoría de los casos nos centramos en aquello que no hemos conseguido y nos frustramos empañando de negatividad todo lo que se encuentra a nuestro alrededor y como no, a nosotros mismos, sintiéndonos unos perdedores de la vida. Si proseguimos en esta actitud hacemos que nunca despierte en nosotros la alegría de existir. No debemos de aceptar la insatisfacción que sentimos, debemos empezar a disfrutar de cada momento y exigir que cada experiencia que entre en nuestras vidas sea rica. Cuando somos capaces de cambiar nuestra actitud y descubrir la belleza que subyace en cada experiencia, la vida se vuelve satisfactoria y adquiere sentido.
Pensamos muchas veces que la satisfacción sólo se consigue cuando hemos conseguido los objetivos que nos hemos planteado, lo cual nos lleva a que, si éstos no se consiguen caigamos en una profunda frustración que generalizamos a toda nuestra vida. No se trata de que no nos planteemos objetivos, si no, que seamos capaces de disfrutar de cada paso que realizamos para conseguirlos.
Hemos de ser conscientes que muchos de los objetivos que nos hemos propuesto son sueños y que jamás dejarán de ser sueños, por mucho que trabajemos para conseguirlos. El materializarlos puede ser tan costoso que acabe prácticamente con todas las áreas de nuestra vida (salud, familia, economía etc.) arrastrándonos en una profunda desesperación.
Cuando vivimos el presente, derivando placer de todo lo que hacemos, fortalecemos nuestra capacidad de ser felices en un futuro. Esta manera de actuar añade una dimensión nueva a nuestros pensamientos y hace que nuestras decisiones y acciones sean tan inspiradoras como nuestros objetivos. La valoración de las cosas que poseemos incluso de nuestro tiempo puede convertirse en nuestro mejor aliado ya que va a permitir elevar nuestra calidad de vida de forma duradera.
Cuando aprendemos a valorar todo lo que la vida ofrece y cuando reconocemos nuestras cualidades positivas, cada momento se convierte en un momento especial.
Y de esta manera en cualquier situación en la que nos encontremos, nuestro cuerpo, mente y sentidos irradiarán entusiasmo. Cuando vivimos de esta forma, cada acción es como un néctar; estamos alerta, valoramos profundamente cada interacción, cada relación de la que formamos parte. Podemos aceptar cualquier situación, confiando en nuestra habilidad y nuestra fuerza. Aprovechamos toda oportunidad de encontrar placer y nuestras experiencias se convierten en profundas y transformadoras.
En estos momentos difíciles os invito a que realicéis esta reflexión. Observad aquello que tenéis a vuestro alrededor y comenzad a apreciarlo con amor y veréis como todo cambiará
positivamente.
Gracias por tus enseñanzas Tarhang Tulku.

Núria Marco Raga
Terapia Positiva
www.terapiapositiva.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario