viernes, 13 de noviembre de 2009


Cuando no llegamos a conocernos nos dirigimos a otros en busca de gratificación. Pero como no sabemos qué es lo que nos falta en nuestra vida, no somos capaces de comunicar nuestras necesidades con claridad; en consecuencia, caemos en situaciones de dolor y decepción. Mientras más nos hundimos en nuestra insatisfacción, más inseguros y frustrados nos sentimos. Las relaciones se vuelven agrias, lejos de ser libres, somos limitados por nuestra falta de conciencia y arrastrados hacia ciclos aparentemente interminables de desdicha. Vamos dando vueltas y vueltas buscando satisfacción y no la encontramos, una y otra vez. Esta búsqueda se convierte en el patrón de nuestras vidas.
Los sentimientos negativos como la rabia, la culpa, la ira, la envidia nos alejan de nuestros recursos interiores y nos inducen a la búsqueda de satisfacción de origen externo. Nos dejamos deslumbrar por las situaciones que nos ocurren o suceden en nuestro alrededor y nos aferramos a ellos con ansiedad, creyendo que nos traerán satisfacción. Pero al enfocar nuestra energía fuera de nosotros, perdemos contacto con nuestros sentidos, pensamientos y percepciones. Sin este conocimiento interior y la libertad que proporciona, nuestra actitud ante cualquier experiencia se vuelve superficial y nuestra consciencia pierde profundidad. Aún cuando tengamos éxito, el estar alineados con nuestra esencia nos permite construir un cimiento sólido sobre el cual construir nuestra vida.

Núria Marco Raga
Psicóloga-terapeuta
www.terapiapositiva.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario