domingo, 27 de agosto de 2017

HUMILDAD


La verdadera humildad no es fácil de obtener. En la mayoría de los niveles de la vida, la deshonestidad sutil, la competitividad y el egoísmo prevalecen. Dejamos de valorar el compartir con otros.
Vamos restringiendo nuestro amor, reservamos nuestros sentimientos más alegres para nosotros mismos ¿porqué tenemos que compartirlos?, nos decimos.
Es posible que la alegría llegue con tan poca frecuencia a nuestra vida que las necesidades de otros sean tan abrumadoras que sintamos que debemos guardarnos lo que podamos. Por consiguiente, no logramos alimentar las características del amor y el cariño, que en realidad mejorarían nuestras relaciones con los demás.
Pero si desarrollamos nuestros recursos interiores, compartiendo nuestro entusiasmo y alegría, los demás se van a ver inspirados a desarrollar sentimientos similares. Este hecho de compartir abiertamente con otros es una expresión de verdadera humildad.
Para llegar a ser humilde es necesario mirarse a uno mismo con honestidad y llegar a detectar claramente nuestras virtudes y defectos. Si nuestra autoevaluación es honesta, respetaremos a quien en realidad somos, y esta profunda aceptación de nosotros mismos nos conducirá a un entendimiento y respeto hacia los demás.
Así pues, a mi como profesional me motiva ayudar a otros con sus problemas y a apoyarlos en el aprovechamiento de sus capacidades. Pues todos compartimos metas similares, como la felicidad; todos estamos sujetos a problemas y dificultades parecidas.


EL MIEDO


 El miedo se entiende como una reacción normal y adaptativa ante situaciones que implican peligro o amenaza real.
Otra emoción que viene de la mano del miedo es la ansiedad. Se trata de un estado provocado por la anticipación de un posible peligro.
Tanto el miedo como la ansiedad son dos emociones adaptativas que nos garantizan la supervivencia del ser humano.
La ansiedad adecuada nos permite buscar soluciones adecuadas a situaciones conflictivas sin embargo cuando la ansiedad es elevada nos produce el efecto contrario nos inmoviliza y nos incapacita. Por ej. Si estamos tan tranquilos sentados en un lugar y de repente aparece un león nuestra ansiedad se dispara de forma adecuada para buscar una salida si el nivel fuera muy elevado incapacitaría a la persona para encontrar la solución acertada.
La ansiedad y el miedo forman parte de la vida de cualquier humano.
Una fobia es un miedo desproporcionado en relación al grado real de amenaza o peligro que genera una situación. La fobia es siempre irracional. Se pierde el control de las reacciones que no tiene ante la situación temida, se vivencia con mucha intensidad y produce un nivel de ansiedad desmesurado.
Por ejemplo, ante una cucaracha las respuestas son exageradas y fuera de lugar. Cuando tenemos una fobia podemos tener dos reacciones:
-        Huida o escape (ej. Viajas en tren se apea antes de llegar a su destino.
-        Evitación (dejar de viajar en tren)
Estos dos tipos de respuestas hacen que la fobia se mantenga a lo largo de los años.
LA MANERA DE EVITAR QUE UN MIEDO SE CONVIERTA EN FOBIA ES ENFRENTARNOS A EL.
“la manera mas eficaz de quitarnos el miedo a ahogarnos en la piscina es aprendiendo a nadar y a sentirse capacitado de desenvolverse en ella.”
Núria Marco Raga
Psicóloga Col. 7987

sábado, 26 de agosto de 2017

ATURUXO DE AMOR

Una llamada al amor para Barcelona

Ven!
Inmensa maxia
De luces craras
Baixo os ollos
Do primeiro amor

Ven!
Suave pluma
De vivos cores
Coa caricia
Do corazón

Ven!
Tenue vento
De olor a herba
Entre os paseos
Co propio amor

Vides
Dulces cauces
De espliego eterno
De entre os dedos
Dos desexos
Dos que estamos
hoce aquí

ESTAR VIVO



Estar vivo significa respirar, sentir, reír, disfrutar de cada instante que dispones. Es el cerrar los ojos y ser capaz de llorar del gozo de ser.
Significa amor con todos los sentidos a ti y a todo lo que te rodea.
Mirar de frente a los problemas y sonreirles para que se vuelvan mas libianos.
Estornudar a la noche que peta sobre ti llena de miles de estrellas.
Encontrarte desnudo en medio del universo y sentir que formas parte de una creación perfecta y maravillosa.

viernes, 25 de agosto de 2017

SATISFACER A LOS DEMÁS

¿Cuántas veces has dado un mensaje en el que no creías verdaderamente o que iba en contra de tu voluntad?.
¿Cuántas veces has dicho o has realizado algo que no coincidía con tus valores o con tu voluntad?.
¿Cuántas veces has evitado expresar lo que sientes o lo que quieres hacer.?
Quizás lo hacías pensando en no herir a los demás o bien pensabas que lo mejor era satisfacer las expectativas que otros tenían de ti.
Todas estas falsas acciones y pensamientos reprimidos tienen un efecto nocivo en ti. Te dinamitan, destruyen tu autoestima, la van haciendo añicos mientras tu, vuelves tus ojos hacia otro lugar para no ver lo roto que estás. Pero poco a poco te vas dando cuenta que estas vacío, no sientes, buscas en tu interior pero no te encuentras porque tu identidad se ha colado por el oscuro vacío de la indiferencia. Entonces te ves obligado a buscar fuera de ti, y acabas encontrando una identidad postiza que calma tu alma pero que ha ratos llora sin consuelo.
¿Porque sigues interpretando quién no eres?. Ábrete a ti mismo, escucha que dice tu alma, está cansada de que le digas que se calle. Ella se comunica contigo a través de las emociones mas puras que tienes que son aquellas que nacen de tu corazón no de tu mente.
Empieza desde hoy mismo a hablar contigo mismo, escúchate, préstate atención y compórtate en sintonía. Haz aquello que realmente sientes o piensas, te sentirás con mayor bienestar y paz interior.

Núria Marco Raga


martes, 18 de marzo de 2014

TRANSFORMAR EL EGOÍSMO


Comenzamos un nuevo solsticio, entramos en la primavera y con ella os invito a una reflexión que os conduzca a un florecimiento del alma. En esta ocasión os voy  a hablar de como transformar el egoísmo.
Cuando no somos honestos con nosotros mismos, no podemos respetar nuestra naturaleza, por lo que nos apoyamos en nuestra imagen para obtener una sensación de autoestima. Llegamos a sobreprotegernos tanto que sólo tomamos en consideración nuestros objetivos egoístas; no nos preocupa el que nuestras acciones dañen a otros. Nuestra perspectiva mengua y olvidamos la dignidad fundamental de todo ser humano. Perdemos el respeto a los demás y nos inunda un sentimiento de superioridad.
Este orgullo es, de hecho, un  signo de nuestra falta de dignidad y confianza en nosotros mismos. Puesto que no somos capaces de aceptar nuestros defectos, alimentamos y proyectamos una imagen falsa; entonces nuestro orgullo nos conduce a una desconsideración y a un distanciamiento de los demás. Competimos contra aquellos que nos rodean en un intento por hacer que las cosas sean como creemos que deberían ser; señalamos los errores de los demás e ignoramos las virtudes. Pero nuestras comparaciones y juicios, más que demostrar nuestra valía, exponen nuestra falta de conocimiento propio y ensanchan el espacio que hay entre nosotros y nuestra humanidad. Mientras no estemos libres de debilidades, no estaremos en posición de criticar a los demás, ya que nosotros mismos cometemos errores continuamente, y por lo general son esos mismos que condenamos.
Todos tenemos defectos. Cuando somos conscientes de éstos, mantener una actitud de superioridad para con los demás se hace difícil. Al aprender a ser más honestos y admitir por voluntad propia nuestros errores, nuestro conocimiento y respeto aumentan. Este respeto vence nuestro temor a ser inadecuados y la necesidad casi compulsiva de actuar con superioridad.
Es posible incluso que nos permitamos fracasar y de esta manera aprovechemos la oportunidad que constituye el fracaso para aprender de nuestros errores.
Conforme nuestra consciencia de nosotros mismos aumenta nos conduce a una mayor consciencia de la naturaleza humana entonces, comenzamos a preocuparnos por el bienestar de los demás, y estos rasgos tan positivos de acercamiento y afecto generan una verdadera humildad.
La verdadera humildad no es fácil de obtener. En la mayoría de los niveles de la vida, la deshonestidad sutil, la competitividad y el egoísmo prevalecen, y hemos dejado de valorar el compartir con otros. Restringimos nuestro amor y preocupación, y reservamos nuestros sentimientos más alegres para nosotros mismos porque tememos compartirlos. Es posible que la alegría llegue con tan poca frecuencia a nuestra vida y que las necesidades de otros sean tan abrumadoras que sintamos que debemos guardarnos lo que podamos. Por consiguiente, no logramos alimentar las características del amor y el cariño, que en realidad mejorarían nuestras relaciones con los demás.
Cuando desarrollamos nuestros recursos interiores, cuando compartimos nuestro entusiasmo y alegría, los demás se ven inspirados a desarrollar sentimientos similares. Este hecho de compartir abiertamente con otros es una expresión de verdadera humildad. Para llegar a ser humilde es necesario mirarse a uno mismo con honestidad y llegar a detectar claramente nuestras virtudes y defectos. Si nuestra autoevaluación es honesta, respetaremos a quien en realidad somos, y esta profunda aceptación de nosotros mismos nos conduce a un entendimiento y respeto hacia los demás. Nos motiva a ayudar a otros con sus problemas y a apoyarlos en el aprovechamiento de sus capacidades. Vemos que todos compartimos metas similares, como la felicidad; todos estamos sujetos a problemas y dificultades parecidos.

Trasformar el egoísmo

Desarrollar una actitud humilde puede transformar nuestras tendencias egoístas en otras caracterizadas por el altruismo y la generosidad. Así podemos descubrir la belleza del dar y compartir. Si permitimos que un profundo cariño impregne todas nuestras acciones, veremos que el corazón humilde es el mayor de todos. El respeto y la preocupación que mostramos por los demás despierta en ellos una gratitud y calidez mutuas.
Puedes desarrollar tu consciencia, cariño y atención si observas con honestidad ya sea solo o relacionándose con otros. Un buen modo de empezar es examinar tus actitudes para con alguien que te desagrada. Advierte cada una de las características que te molestan. ¿Son acaso características que no te gustan de tí mismo?. 
La próxima vez que veas a esta persona, fíjate en una de sus cualidades positivas y deja que surja y crezca en tu corazón un sentimiento bondadoso hacia esa persona. A partir de ese momento, cultiva este sentimiento, y no te dejes desequilibrar por ningún juicio negativo. Cuando hayan transcurrido algunas semanas o meses, verifica cómo es que tus sentimientos hacia esa persona han cambiado. Si continúas este proceso con todos aquellos que te disgustan, descubrirás que no hay una sola persona por la que no pudieras interesarse.

Compartir amor

Cuando invertimos cariño en otros, los sentimientos POSITIVOS crecen y los demás responden con su amor, y la riqueza de esta experiencia compartida mejora la calidad de vida por doquier. Nuestro cariño y alegría se fortalecen, y mejoramos la capacidad para profundizar y expandir nuestro interés real por los demás.
Cuando por fin nos acostumbramos a ofrecer apoyo, nuestras relaciones adquieren fuerza, y hacemos frente con gran habilidad a cualquier situación.
Esta clase de humildad es el tesoro más grande de la vida. Si reaccionamos unos a otros con cariño y amor, no habrá diferencias diferencias ni dificultades básicas entre las personas. Ya no dejaremos apresar, exhaustos, por todo tipo de conflictos, porque veremos que nuestras diferencias expresan nuestras cualidades únicas y éstas simplemente inspirarán una profunda apreciación de la naturaleza humana.

Una vez que hayamos experimentado la igualdad de los seres humanos, habremos alcanzado el éxito. Descubriremos entonces que participar con otros, compartiendo mutuamente el conocimiento y la experiencia con que contamos, tiene recompensas, que genera la sabiduría necesaria para satisfacer todas las necesidades, y para vivir en armonía con todos los seres humanos. Esta expresión, este descubrimiento de la verdadera humildad, constituye una de la comprensiones más valiosas que podemos alcanzar.

sábado, 18 de mayo de 2013

AMAR Y GOZAR

El amor ha estado perseguido durante milenios por diferentes religiones. Nos han dicho y enseñado que no somos merecedores de amor hacia nosotros mismos, destruyendo consecuentemente nuestra autoestima. Nos han anulado nuestra propia identidad explicándonos que el amor es sacrificarse por los demás, así pues cuanto más nos sacrificábamos más nos pensábamos que nos querían los demás. No nos han dejado disfrutar de las situaciones que nos brindaban alegría y gozo pues nos decían que después de algo bueno venía algo peor, que era mejor pensar en negativo para que lo malo que viniera después no lo viviéramos tan mal, castrando nuestro gozo y amor, convirtiendo nuestro mundo diario en un calvario lleno de oscuridad (sufrimientos, autocastigos y sacrificios).
Desde aquí os invito a la reflexión y a que os permitáis romper con estos esquemas antiguos que a muchas personas no les dejan ver la luz y ser felices.
Recordemos que el amor es un estado natural del cual estamos dotados desde el mismo instante en que somos engendrados.
Es el remedio natural que mas enfermedades cura en el mundo.
 Si trabajamos con amor y para el amor nuestra realidad diaria cambia y nos convertimos en seres llenos de luz irradiando calma, amor y esperanza al mundo.

AMAR Y GOZAR

Núria Marco Raga
"Siempre contigo"