La alegría se propaga como una epidemia. Esta es una conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de las Universidades de California y Harvard tras estudiar el comportamiento de un amplio grupo de personas durante veinte años. El estudio ha revelado que, cuando nos sentimos felices, la probabilidad de que un amigo nuestro sea dichoso aumenta en un 25%, la de un amigo de nuestro amigo 10% y la de un amigo de este en un 5,6 %.
Tras este estudio de gran fundamento científico deberíamos plantearnos la gran capacidad que tenemos para controlar nuestras emociones y aplicar aquellas que en cada momento sean más beneficiosas para nosotros y para los demás.
Tal como podemos contaminar a aquellos que están a nuestro alrededor de emociones negativas podemos contagiarlos de emociones positivas. Sólo tenemos que ser conscientes de que emoción tenemos en cada momento y si la queremos cambiar, cambiarla.
Este ejercicio nos permitirá aumentar nuestra calidad de vida y la de los seres más allegados a nosotros.
Núria Marco Raga
Terapiapositiva.com
"Siempre contigo"
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